TU MIRADA no ha dibujado nada,
es una realidad sincera
que con ojos de buena fe
clama por la justicia del mundo.
Su vida anónima es tan sutil
capaz de amar sin condición.
Solo piensa en el tiempo,
la soledad, la muerte, la vida en sí...
Se pierde en el cielo,
se equivoca por placer,
se siente como tú.
Esa realidad confunde al amor con la hipocresía.
Piensa saberlo todo,
cuando realmente no sabe nada.
Así es de compleja.
Llora, ríe, se consuela,
en fin,
es un triunfo
que a diario agradece a Dios haber nacido.
Mírala bien,
entiéndela, vívela,
ayúdale:
busca –si no me equivoco-,
una oportunidad.
21 de marzo de 2002.
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