DOS EXTRAÑOS que de la noche hicieron
una melodía de amor complacida.
Dos extraños sin pasado y sin futuro
envuelven el calor de la soledad;
yacen mirándose, besándose, acariciándose
a cada rato.
Dos extraños que desnudos
con el cuerpo y con el alma
se fueron lejos del dolor y del amor equivocado.
Dos extraños que inseguros
rompen el silencio del corazón.
La soledad y el tiempo
los acaricia, los contempla, los hace soñar.
Allí están, pecando y cantándole al amor,
sin recuerdo, sin olvido, sin nada que los detenga.
Dos extraños amándose como nunca
juegan a preguntarse si es verdad.
30 de septiembre de 2003.
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